Para contar la historia de la cerveza en Colombia es necesario rastrear la llegada de las primeras semillas de cebada en este territorio. Algunos documentos revelan que esas semillas fueron traídas al país en el año 1539, y aunque esto induce a pensar que la elaboración de algún tipo de cerveza artesanal al estilo europeo se dio en ese entonces, se estima que gran parte de esas semillas era, en realidad, para alimentación de vacunos.
El hato nacional era muy pequeño y se contaba con buenos pastos naturales. En estos mismos terrenos se intentó cultivar la cebada y, posiblemente, aunque no esté claramente registrado, una parte de esta cebada sirvió para producir cerveza en pequeñas escalas.
En Colombia, extrañamente, la historia de la cerveza va muy ligada a otra bebida fermentada: la chicha, usualmente elaborada del maíz, aunque también se utilizaron para fabricarlas otras plantas autóctonas como la papa (patata), piña, yucay quinoa.
Al igual que la cerveza, esta bebida se fabricaba de manera artesanal, y sólo a principios del siglo XX se comienzan a producir también de forma semi-industrial.
En 1948 la producción de chicha se convierte en una importante industria y gobierno decide atacarla oficial y legalmente con la ayuda de la industria cervecera (esa guerra de intereses ya había comenzado a principios del siglo XX por evasión de impuestos y poca higiene).